Publicado por www.elcolombiano.com - 12 de octubre de 2015
Las fiestas son ese espacio en el que los pueblos (o ciudades a estas alturas) muestran sus tradiciones, incluso las que ya no son del día a día, y viajan a tiempos pasados para mostrar lo que se era y, en parte, lo que se es en presente por esas costumbres o ideas de antes. Son, muchas veces, esa posibilidad de volver a ser, sobre todo, por supuesto, cuando las fiestas buscan conservar la esencia cultural, y no se pierden en lo comercial, en la rumba.
Pasa cuando un silletero se pone su vestido y se cuelga al hombro su silleta y luego camina bajo el sol mostrando las figuras hechas en flores que van a su espalda. Ahí está la historia de cuando los campesinos bajaban en la madrugada con sus flores para llevarlas a la Placita de Flórez y venderlas.
Y así, en Colombia hay lugares con historias hechas fiestas. Por eso la idea del especial que propone Señal Colombia, Mi día de fiesta, es mostrar esas celebraciones arraigadas en el sentir popular, desde la gente que las hace posible: los que las organizan, los que la viven en su hacer, los que las pasan a nuevas generaciones. La gente, en general.
“El proyecto lo que intenta –explica Marino Aguado, productor delegado del canal– es tener un lenguaje cercano a la gente. La idea es que el proyecto se cuenta con minirrelatos que produjo la misma gente, contando como es un día de su fiesta. Invitamos a ocho personas, les entregamos cámaras y construimos un collage de cómo es. Son las mismas personas las que cuentan su historia. No es una cosa trascendental, histórica, sino el disfrute de la fiesta desde diferentes puntos de vista”.
Por eso lo de las cámaras, para dejarlos contar a su manera. Eso lo hicieron con los hacedores de ocho fiestas reconocidas del país. Lo llamaron propuesta colaborativa.
Ocho documentales, entonces, que incluyen la Feria de las Flores de Medellín, el Petronio Álvarez de Cali, el Green Moon de San Andrés, el festival Cuna de acordeones de Villanueva en La Guajira, el San Pacho Bendito de Quibdó, los festivales del Retorno del Meta, el de Gaitas en Ovejas, Sucre, y el Día de la Independencia de Cartagena.
Manifestaciones, lo dicen desde el programa, que han trascendido la globalización e, incluso, la guerra.
“Buscamos –continúa el productor– que estuvieran en centros urbanos, medianos y grandes, y que tuvieran una tradición importante”.
Había además otro elemento para elegir, que pudieran conseguir un director local, para añadir un fragmento, con una visión más documental y profesional, que narrara con su propio lenguaje.
Para la Feria de las Flores, por ejemplo, el invitado fue Simón Mejía, quien propuso un personaje como su eje de relato.
Mi día de fiesta piensa contar detalles que pasan por los colores, los bailes, las comidas, las canciones y los significados de los símbolos, también el por qué los gestores siguen trabajando para que la tradición no muera, aunque pasen los tiempos.
La serie empieza esta noche con la Feria de las Flores y los relatos de campesinos de distintos corregimientos, incluyendo por supuesto Santa Elena.
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